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¿Te ha pasado que todo el mundo te dice que la IA es la solución para los problemas de atención al paciente, pero nadie te advierte sobre el pánico de delegar lo más humano —escuchar, calmar, entender— a un robot? Yo lo viví en carne propia.

Te cuento: hace dos años lideraba el área de soporte post-venta en una clínica. El estrés era brutal. Teníamos picos de llamadas los lunes, pacientes enfadados esperando, y tickets acumulándose como montañas. Intentamos con chatbots… y, bueno, fue un desastre. Los pacientes odiaban las voces robóticas y sentían que nadie los escuchaba.

Confieso que llegué a pensar: «Quizás esto no tiene solución». La verdad, me frustraba.

Un día, una urgencia llegó a las 3 am: una paciente necesitaba reprogramar su cita. Nadie respondió a tiempo y se fue a la competencia. Ese día, juro, me dije: «Nunca más».

Ahí fue cuando descubrí OptimaPro IA. Al principio me dio miedo: ¿una IA, pero con voz hiperrealista y cálida? ¿Que responde en 30 segundos, incluso de madrugada, y reduce costes un 70%? Sonaba loca.

Pero fue una pasada. Integrando el agente de voz IA, las llamadas post-venta bajaron ¡60%! Ahora gestionamos citas automáticamente, resolvemos incidencias sin perder clientes y, lo mejor, los pacientes lo agradecen: dicen que sienten cercanía.

Perdón, me alargo… Pero, oye, ¿qué valor le das tú a que el paciente se sienta escuchado las 24/7? ¿Has tenido un lío parecido?

Me emociona poder decir que aprendí que automatización y calidez humana no se excluyen. Si tú también crees que la salud puede ser más empática y eficiente, cuéntamelo, ¡quiero leerte!

🚀 ¿Quieres saber cómo reducir tus tickets y dar atención real, sin perder ese toque humano? Hablemos.